Desde tiempos inmemorables, las antiguas civilizaciones comprobaron el placer orgásmico y casi trascendental que un hombre puede llegar a experimentar estimulando su “punto G” –la próstata.
Para alcanzar semejante placer es importante primero que nada liberarse de mitos y prejuicios sobre el sexo anal: “que si es de gays, que si es sucio, que si uno es ‘un hombre de verdad’”.Científicamente hablando, la próstata es el órgano que mayor placer brinda en personas con este órgano y su estimulación sólo puede realizarse a través del ano –y el placer que brinda nada tiene que ver con los aspectos culturales que lo juzgan–. Sin embargo, ¿cómo lograr ese orgasmo tan popularmente intenso?
Aprende a estimular la próstata
Los cuerpos con próstata tienen un suelo pélvico que va desde la parte baja del vientre hasta la parte baja de la espalda. Es una zona con mucha sensibilidad a estímulos de tacto y suele concentrarse la atención en el pene. Sin embargo, el cuerpo suele sentir placer más allá de la estimulación al pene. Esto quiere decir que al acariciar, besar, lamer o estimular con vibraciones suaves en los testículos, periné y ano puede llegar a provocar sensaciones placenteras. En otras palabras, el sexo anal o la práctica anal no duele si se hace correctamente.
Antes de penetrar directamente con algún objeto, es recomendable sensibilizar la zona poco a poco. Con esto queremos decir que teniendo las uñas bien recortadas y limpias, bañar un dedo de un lubricante de silicona. Acariciar la zona sin penetrar, sólo descubrir las sensaciones que genera la estimulación. Eventualmente, y si se desea, penetrar sólo un poco con un dedo.
El cuerpo humano posee dos esfínteres: uno externo y otro más interno. Mientras que el externo se puede controlar a voluntad, el segundo no: si se cierra frente a una situación, no habrá manera de que nada pueda entrar ni salir hasta que el esfínter se relaje. Por ello es importante estimular la zona adecuadamente antes de penetrarla.
Una vez que se estimuló –y se sintió placer–, es momento de penetrar con el dedo o usando algún otro objeto con un tope –para evitar que entre del todo y se tenga que ir corriendo a urgencias– como un plug anal. Mientras tanto, se puede disfrutar de estimular el pene.
Hora de usar el estimulador prostático
Ahora sí, es el momento de estimular la próstata. Después de haber sensibilizado y acostumbrado esta zona sin dolor ni incomodidad, es hora de introducir un estimulador prostático. A diferencia del plug anal, la estructura del estimulador prostático se encarga de brindar atención a la próstata o “el punto G de los hombres”. Para lograrlo, la punta del estimulador tiene que colocarse siempre en dirección hacia el ombligo –recordemos que la próstata se encuentra en la zona interna del periné–. De modo que mientras se estimula el pene, también se puede estimular suavemente la próstata moviendo ligeramente el estimulador prostático.
Para elegir el estimulador prostático ideal es importante tomar en cuenta que posea características como : que sea un producto de silicona médica, libre de phtalatos y otros químicos tóxicos; que se pueda usar con lubricante con base en agua y sea apto para la ducha o spa. Recuerda que al ser un juguete de silicona médica, no es compatible con los lubricantes de silicona/anales, por lo que se recomienda usar lubricante de agua.
Disfrutar de la sexualidad en plenitud es uno de los beneficios más grandes que tiene el recorrer y conocer el cuerpo de sí. El placer más grande detrás del conocimiento del cuerpo, descúbrelo y disfrútalo.